viernes, 21 de septiembre de 2012

Desde mi Pesebre "Los fantasmas"

Buenos días mi gente... otro día mas DESDE MI PESEBRE.  De vez en cuando me disfruto el café antes de conversar con ustedes y creo que ese fue el factor que impulsa el tema de hoy.  Siempre escuchamos las historias de camino acerca de misterios que no se resuelven o tienen explicación.  Esas cosas que nos hace fuertes o tenemos guardados para que nadie se entere; pero ellos siempre aparecen como los fantasmas.

Todos tenemos un secreto... algo que no deseamos que se conozca o como dice un refrán bien pueblerino "El que no tiene dinga tiene mandinga" (refiriendose a que el que no padece de algo tiene una queja).  Entonces que hace que esos recuerdos invadan nuestro espíritu y nuestra vida actual... somos nosotros los que alimentamos esos fantasmas.

Los ex-atletas hablan de sus éxitos pasados... si agua pasada no mueve molino ¿por que nos empeñamos en hablar de esos años de gloria?  ¿Será acaso que no podemos hacer o realizar cosas diferentes? No es malo recordar... ya que el recordar es vivir. Malo es tratar de regresar el tiempo buscando vivir en glorias pasadas.  Eso es lo que produce que vuelvan estos fantasmas.

Yo acostumbro a hablar de cosas del pasado; pero es con el fin de dar un punto de referencia en los relatos...  No alimento a esos fantasmas; simplemente busco hechos para dar una base a la construcción del futuro.  Identificamos a los fantasmas porque son hechos que no aportan nada positivo a nuestra vida o a nuestro futuro... los fantasmas solo divagan en nuestra mente trayendo sucesos que solo nos detienen.  Por eso no debemos dar poder a los fantasmas.

Según el mercadeo; el perdón genuino ocurre 3 años después de el suceso.  Este estudio habla que el ser humano tarda aproximadamente 3 años para realizar el perdón en su vida... habrá sus excepciones; pero realmente ¿vale la pena traer al mundo real esos fantasmas?  (que no tienen poder ni pueden hacer nada).  Son eso unos espíritus chocarreros que divagan... no hacen cambio solo se convierten en fantasmas.

Remontemonos a nuestra niñez... ¿que le daba poder a los fantasmas?  Pues la oscuridad entonces nuestros padres encendían una luz, rezaban con nosotros o simplemente nos permitían dormir con ellos... eso hacia que los fantasmas no pudiesen entrar.  ¿Quien de nosotros no apagaba una luz y salía corriendo hasta la cama?  Lo irónico era pensar que al llegar a nuestra cama esta se convertía en un fortín el cual no permitía a los fantasmas...

Estas almas divagantes esperan el momento de la oscuridad, de confusion y de debilidad para entonces aprovechar y entrar en tu vida.  Entonces ¿por que no tenemos en nuestra mente una luz, una oración o simplemente la cama fortín.  Hay que recordar... pero cuando veas ese baúl de fantasmas trata de no tocarlo muchas veces estos fantasmas se van alimentando de nuestras dudas y preocupaciones.  Entonces siempre que vallas a tocar un fantasma recuerda que no se pueden tocar... porque no tienen textura, no se pueden guardar después que salen porque no tienen forma y atraviesan paredes.  Solo tu tienes el control de los fantasmas.

Como siempre digo el que tenga oídos que oiga... y nos vemos mañana DESDE MI PESEBRE.

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