sábado, 5 de diciembre de 2020

El tiempo se detuvo...

Saludos a todos los que seguían este blog llamado DESDE MI PESEBRE. Bienvenidos a los que nunca habían leído las anécdotas, cuentos e historias que dejaba plasmadas en este lugar. Este comenzaba con mi taza de café negro en mano y listo para comenzar El día que el tiempo se detuvo...

Photo by CDC from Pexels

Todos sabemos lo sorprendente que ha sido el 2020 y todas las cosas que nos ha traído. El Covid-19 comenzó como una enfermedad en una esquina del mundo y fue creciendo de forma acelerada hasta que se convirtió en la pandemia del siglo. Escuchábamos sobre algo en China, Europa, Italia, España, Estados Unidos y el mundo. 


Cosas de ciencia ficción se hicieron realidad como las mascarillas todo el tiempo, lavado de manos, distanciamiento social, encierro y confinamiento. El gobierno tomó la decisión de obligarnos a estar encerrados y el tiempo se detuvo; pero seguimos envejeciendo.


La familia tuvo que aprender a comunicarse usando el internet, compras virtuales, trabajo a distancia y asuntos que jamás pensamos que podían suceder de repente llegaron. La guerra entre la salud y la economía comenzó y tenemos que poner nuestra vida versus la salud.



Aprendimos a darle valor a nuestros maestros que cuidan a nuestros hijos y los educan mientras nosotros trabajamos ocho horas. Ahora sabemos lo complicado que puede ser educar los míos y a otros simultáneamente. Nuestros empleados de salud se convirtieron en la 1.ª defensa contra la enfermedad y por personas que no entienden que el tiempo se detuvo seguimos enfermándonos y poniendo en peligro estos soldados por su trabajo.

De repente enferman personas y no entendemos por qué, amigos mueren y no podemos despedirlos, y continuamos envejeciendo aunque el tiempo se detuvo. Este no es un regañó porque yo mismo estoy cansado de que otros lo hagan; esto es un reclamo a que usemos la mascarilla, mantengamos distanciamiento. Entendamos que el tiempo se detuvo y tendremos que esperar aunque envejezcamos te invito a tomar un buen café, llamar o escribirle a alguien y pensar todo lo que sucederá el día que el mundo continúe... Hoy termino este DESDE MI PESEBRE como siempre el que tenga oídos que oiga y nos vemos mañana en otra conversación más.