lunes, 11 de junio de 2012

Desde mi pesebre "Todo nos afecta"

Buenos días mi gente... otro día mas desde mi pesebre.  En el día de hoy quiero compartir con ustedes uno de esos cuentos que uno escucha; pero que no tiene idea de donde sale.  En realidad busque este cuento porque muchas veces somos testigos de algo y preferimos mirar hacia el lado. El cuento se llama El ratón, la gallina, el cordero y la vaca.


En una casa de campo  donde vivía felizmente un matrimonio, allí también hizo su refugio un ratón que se alimentaba sin mayores contratiempos de cuanto aparecía en  la cocina o en los alrededores,  hasta  que un  buen día la señora de la casa decidió atraparlo y se compró una enorme ratonera.
El ratón aterrorizado cuando descubrió la trampa, fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: “¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!”

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo:
-Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, no me incomoda.  El ratón fué corriendo hasta donde se encontraba el cordero y le dijo:
-¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!
-Discúlpeme Sr. Ratón- contesto el cordero- No hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le respondió:
-Pero, ¿acaso estoy en peligro?….Pienso que no
Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vió que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre alta.
Todo el mundo sabe que para reconfortar a alguien nada mejor que una nutritiva sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la mujer continuaba grave, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para agasajarlos y darles de comer, el granjero mató al cordero.  La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

Gente se que la calle esta difícil; pero si todos nos hacemos los que no vemos nada como pretendemos que las cosas cambien.  Ademas en esta isla todos somos parientes o dolientes... Piensa dos veces que hacer para que todo mejore... El que tenga oídos que oiga y nos vemos mañana desde mi pesebre.

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