domingo, 23 de diciembre de 2012

Desde Mi Pesebre "La espada de Damocles"

Buenos días mi gente otro día mas con ustedes en DESDE MI PESEBRE.  Hoy comenzando la mañana bien temprano y listo para ir a la ultima misa de Aguinaldo del 2012 (leer Desde mi Pesebre Misa de Aguinaldo)... wow y ya mañana es Nochebuena.  Como ustedes saben el tema de mañana tiene que ser relacionado a lo que motivo al nombre del blog.  Hoy quiero conversar sobre la leyenda griega "la espada de Damocles".


Los que no han escuchado el cuento pues haré una pequeña narración para que conozcan el mismo; al estilo de nosotros...  La historia cuenta sobre Damocles este consejero o servidor que envidiaba la vida de su rey.  El deseaba con ansias locas tener el poder, la riqueza y todo lo que implicaba gobernar el país.  Tanta era su codicia que todos conocían de la sed que tenia de poder Damocles.  Un día en una reunión con los concejales el rey Dionisio "el viejo" (el cual era conocido por ser el tirano de Siracusa) le dijo a su adulador Damocles: "te concederé por un día tu mas preciado sueño; ser el rey".

Damocles no podia creer lo que escuchaba... al otro día esto fue lo que sucedió.  El consejero del rey se levanto en una cama tan y tan grande que no podía ver casi el final de la misma.  Le fueron a despertar unos sirvientes y le tenían preparado un baño.  Cuando salió de bañarse había un súper desayuno en su mesa con todo el alimento que podía imaginar.  Un sirviente busco la ropa mas lujosa y le dijo: "que se vistiera para ir a la fiesta en conmemoración de su reinado por un día".

Cuando entro a la sala donde era la fiesta habían miles de personas y al final del salón había una silla de oro esperando por Damocles.  Llego con una alegría inmensa a la silla y comenzó la fiesta... pero Damocles veía que nadie se acercaba a saludarle a su gran silla.  Todos bailaban, comían y festejaban; pero nadie se acercaba... entonces extrañado comenzó a mirar a su alrededor para ver porque la gente lo miraba asombrado; pero nadie se acercaba.

Para el asombro de Damocles al levantar su vista vio que sobre su cabeza pendía una gran y pesada espada agarrada por un hilo de la crin del caballo.  La espada era súper pesada y podía en cualquier momento caer sobre el concejal y matarle.  Entonces al notar la presencia de la espada le invadió un ataque de pánico y decidió levantarse de la silla y salir corriendo del salón.

El rey Dionisio fue a su cuarto para preguntar a Damocles porque había dejado su mayor sueño abandonado... el concejal le dijo al rey:  "temí por mi vida... tenia una espada que si caía me mataría".  El rey simplemente le contesto: "Damocles, Damocles esa es mi vida todos los días la espada puede caer por su peso o alguno de mis "amigos" o enemigos pudiese cortar el delgado hilo".  Fue allí que el concejal Damocles comprendió que el poder trae responsabilidades y peligros que no conoce el que esta fuera de la posición.  Desde ese día el gran Damocles perdió el interés por ser rey y comenzó a vivir su vida con intensidad.

Amigos lectores... todos tenemos una espada sobre nuestra cabeza.  Lo que sucede es que como es nuestra espada hemos aprendido a manejar la situación y hay días que olvidamos que en cualquier momento esa espada puede caer o alguien puede cortar el fino hilo.  Sin embargo vivimos la vida pendiente a lo que tiene o no tiene otra persona... olvidando que tal vez su espada esta apunto de caer o de ser obligada a caer.

Hoy saquemos un rato para agradecer que nuestra espada es prácticamente invisible y que solo a veces podemos ver el peligro que tenemos sobre nosotros... recordemos que todos tenemos una espada y que la de nosotros nos toco de este modo... vivamos la vida con lo que tenemos.  Dejemos de pensar en lo que jamas hemos tenido o jamas tendremos... demos gracias a Dios por todo lo que nos da; pero aprendamos a pedir lo necesario o lo que tiene preparado para nosotros.  Muchas veces por no saber pedir perdemos las cosas... hoy quiero que por 5 minutos pensemos en las personas que mañana no celebraran el nacimiento del REY y oremos por ellas.

Comos siempre digo el que tenga oídos que oiga y nos vemos mañana DESDE MI PESEBRE.

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