Buenos días mi gente; otro día mas DESDE MI PESEBRE. Taza de café negro en mano y dispuesto a conversar con ustedes mis amigos lectores. Ayer conversando con un amigo entre muchos temas que filosofamos se destacaron no hay trabajo, no hay respeto a lo ajeno; ni temor a Dios. Esto trae nuestra conversación a este sitio especial que solo compartimos los que conocemos DESDE MI PESEBRE; es por esta razón que me pregunto: ¿y ahora qué?
Antes podíamos salir a la calle y ver a alguien pidiendo en una luz o semáforo; entonces disponíamos de cambio en el auto y no dudábamos en regalar un menudo a al que pedía para cualquier cosa. De repente como un virus comenzaron a llegar más y más personas... la señora que perdió la casa y tiene hambre, el usuario de drogas (que públicamente dice: "Prefiero pedir que robar), el porteador de periódicos, el vendedor ambulante (agua, galletitas, bizcochos, gomas de mascar...) entre otros. En ese momento te das cuenta que lo que antes era un semáforo hoy en día es un Centro Comercial ambulante. ¿y ahora qué?
Una nueva modalidad los profesionales desempleados o simplemente haciendo una labor para la cual no se prepararon... buscando como llevar el pan a la casa. Las empresas te llaman a entrevista; después que leen el resume. Te ofrecen limosnas como para obligarte a tomar algo que no mereces y a ellos los beneficia. Para después decirte dos cosas, usted esta sobre cualificado y le vamos a emplear para hacerle el favor o le ofrecemos en dinero la mitad de lo que usted merece con el doble de horas, responsabilidades y con la autoridad de poseerte porque fuiste tu el que aceptaste ese acuerdo. Jugamos con la necesidad sin temor a dormir en paz, sin un ápice de conciencia y todo porque la economía decide que es moral vs. inmoral y lo corporativo vs. lo personal. ¿y ahora qué?
No dejemos de hablar de el dueño de lo ajeno... el tipo que llega a tu casa y roba (de forma presencial o ahora por teléfono o internet) con la excusa que necesita llevar el pan a su casa. Entonces ya la criminalidad paso a otro nivel, el ladrón llega a cualquier hora, no le importa si hay o no personas en la casa. Tiene un arma y no tiene la moralidad de ni si quiera pensar el valor de una vida... simplemente se lleva al que se meta adelante con la excusa que la calle esta dura y hay que buscar como sobrevivir. ¿y ahora qué?
La tecnologia entra a casa como el aire que respiramos... en todas las casas existen celulares, internet, cable tv, varias computadoras y la unión familiar se esta debilitando día a día. Vemos como el mercadeo entonces comienza a hacer el papel de familia y te diseña un anuncio o campaña hablando sobre la cena en familia, sobre el guardar celulares mientras estas con personas, evitar el texto mientras conduces y ponemos en manos de un desconocido (que su interés principal es hacer dinero) la educación de los individuos. Permitimos que el internet conteste preguntas personales, contratamos un juego electrónico o un televisor para que cuide nuestros hijos y permitimos que el celular sea mas importante que el contacto humano. ¿y ahora qué?
Usamos la religión como una camisa la cual se pone y se quita depende del lugar donde te encuentres. Hablas de ir a la iglesia un día a la semana como si Dios pudiese ser engañado en una hora o en varias horas. Pregonas la palabra como si fuese un escudo en tu beneficio poniendo o quitando oraciones para el uso de tu beneficio. Hablas a Dios como si pudieses realizar negocios con él... si me das esto yo te ofrezco una oración diaria. Simplemente lo entramos en nuestra vida cuando necesitamos de él... una enfermedad, un periodo de prueba o un problema. Incluso le reclamas ¿por que te ha abandonado?, le dices: YO NO PEDI VIVIR, lo humanizamos pensando que tiene limites, periodo de tiempo y necesidades. Hoy simplemente digo ¿y ahora qué?
Ustedes saben que no soy de los que da la solución; porque yo mismo me sorprendo de lo que sale en palabras mientras converso con ustedes acompañado de un café negro. Hoy quiero que atesores nuestra conversación y medites sobre cual es el próximo paso a seguir... haz una pregunta y cada cual busque la contestación ¿y ahora qué?
Como siempre digo el que tenga oídos que oiga y nos vemos mañana DESDE MI PESEBRE.
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