domingo, 20 de mayo de 2012

Desde mi pesebre "Paino ¿Existen los gigantes?

Hola gente... todos los días me doy cuenta que esta columna no es para mi solamente; al otro lado del internet hay personas las cuales aprecio, conozco, aun no conozco y tal vez nunca sepa que leen mi articulo.  Si supieran lo agradable que es sentarme bajo las estrellas o amaneciendo sentado desde mi pesebre.  Hoy le escribiré sobre una pregunta que me hace mi ahijado de 3 años el número 23 (jordán y esto de los ahijados es otro articulo que contare otro día desde mi pesebre).  El niño no entiende por que soy su padrino o porque construyo las vías del tren (maldito Thomas y sus amigos) y para mi es súper divertido hacerlo sonreír aunque hay días que creo que tomaría unas vacaciones de el.  Mi ahijado mide apenas 2 pies casi parado en puntitas pero tiene un espíritu de un hombre de 6'2 (el cual se sorprenderá que escriba sobre el).


Si para mi ahijado tal vez yo sea un gigante el cual se sienta en el suelo para jugar como si tuviese 3; pero con mi cuerpo recordando que hace muuuuuucho tiempo que pase esa edad.  Bueno no me desvío más y aterrizó el avión de mi articulo hoy.  Gente no sabemos como un comentario, un detalle o tal vez decirme hermano "el día que necesites un descanso aquí esta mi casa de playa (una casita de 500,000 humilde) pasas por mi oficina y me pides la llave; porque si alguien se que disfrutaría ver el atardecer o simplemente leer un buen libro eres tu".  Carajo como saber si los gigantes existen o como ellos saben que un gesto sincero puede cambiar una vida.  Diablos negro ayer mediste casi 20 pies de altura aunque para mi siempre haz sido un caballero de mas de 7pies al igual que tu viejo.

Mire a mi ahijado y le dije: "23 mi compromiso contigo es que seas un gigante de 5 pies".  No se si esta columna te haga reír, te sorprenda o tal vez no sepas de que hablo; pero hoy saca el día para ser un gigante oye tal vez cambie la vida de alguien o ese alguien seas tu y te estés preguntando ¿Existen los gigantes?  El que tenga oídos que oiga... y te espero mañana desde mi pesebre.

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