jueves, 24 de octubre de 2013

Desde Mi Pesebre "Un celular"

Buenos días mi gente; otro día más Desde Mi Pesebre.  Hoy moví mi centro de conversar a un sitio portátil y por eso no tengo mi taza de café negro en mano. Sé que últimamente me he tardado en las conversaciones diarias; pero como hemos hablado anteriormente las excusas son para el que la da. La columna de hoy fue inspirada en un cuento que leí es por esta razón que hoy quiero traer el tema de un celular.
Todos sabemos que ese objeto de comunicación ha cambiado 180 grados la forma que la gente se expresa.  Ya un gran porciento de la humanidad tiene un objeto de estos en el bolsillo o en la cartera.  Sin embargo se han fijado que la gente ya no habla por este teléfono móvil; lo usan para te textear y ver el internet (Facebook, Twitter y correos electrónicos). Le llamamos la salvación, el grillete o el acompañante ideal es un celular. 

Incluso hemos visto tragedias de padres que debido a lo complicado de la vida olvidan que dejaron una asignación del hijo o incluso hasta hijos dentro del auto; pero a nadie se le queda el dichoso instrumento de comunicación.  Como colmo de colmos hasta en la iglesia suena un celular. Es más la gente hablando contigo te deja de hablar por atender una llamada.  La presencia humana se menos precia por un celular. 


Ahora pasemos a lo que me brindo luz para la conversación de hoy... Érase una vez una escuela donde asignaron a los estudiantes a crear un ensayo contestando la aseveración "Yo quisiera ser..."  Al otro día era iinteresante escucha a cada niño diciendo la frase y diferentes profesiones.  De repente pasó un niño llamado Juan y esto fue lo que dijo: Hola mi nombre es Juan y yo quisiera ser UN CELULAR. Todos los niños se rieron; pero leamos su párrafo. En casa somos 4, mi hermana, mis padres y yo.

Mi hermana se levanta con el celular en el oído, allí escucha música, entra al Facebook y se pasa texteando todo el día.  Mi madre ve la novela en you tube y conversa por Skype con su hermana.  Por otro lado papá lee el periódico, ve las noticias y oye su emisora favorita en un celular.  

Maestra sé que la asignación es diferente a la de mis compañeros; pero todos me amarían más si fuese un celular.

Todos los chicos se quedaron en silencio, la maestra dejo caer una lágrima y nadie se burlo de Juan.  Tenía mucha razón, prefería ser un objeto para captar la atención de todos... ¿Cuantas veces haz abandonado a alguien por un celular?


Hoy quiero que medites un poco acerca de las prioridades de la vida.  Nuestros hijos crecen y la vida pasa por delante de nosotros.  Hoy cuando llegues a casa o veas a alguien apaga el celular y atiende lo; tal vez orita sea tarde. Le dedico la columna a un amigo que falleció y tal vez nunca supo que lo apreciaba por estar yo pendiente a un celular.

Como siempre digo el que tenga oídos que oiga y nos vemos mañana Desde Mi Pesebre.

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