Erase una vez y dos son tres... un nietecito que como modelo a seguir tenia a su abuelo; este era como la luz de sus ojos. Al igual que muchos de nosotros idolatraba a su abuelo; es decir que donde quiera que iba el viejo su rabo le seguía...
Era gracioso ver como donde quiera que el viejo estaba mirabas a su alrededor y aparecía su nieto; por esta razón en el pueblo llamaron al chiquillo "la sombra". Divertidisimo era ir al mercado ver a ese viejo caminando lentamente con su bastón y de repente sin nadie pensarlo aparecía una pequeña mano y agarraba los frutos que el abuelo había señalado.
La comunicación era envidiable... el viejo miraba a La Sombra sabia lo que significaba. Incluso cuando el viejo jugaba dominoes sus amigos se sorprendian porque allí estaba la sombra sentado cerca de su abuelo.
Dicen que todas las tardes se veía en el árbol de la montaña cerca del rio dos figuras... una alta, encorvada y lenta y a su alrededor una pequeña, ágil y saltarina... el viejo y la sombra. Eran inseparables... dos figuras que adornaban la ciudad. Todos eran felices viendo esta imagen que hoy en día no vemos a menudo...
Para que seguir explicando lo inexplicable... el curso de la vida hay momentos injustos; pero eso es la vida. Todo tiene su comienzo y su final... no quiero abundar en las circunstancias y ustedes saben a donde voy... el viejo enfermo. La Sombra permaneció junto a su cama hasta que ya lo que tenia que suceder estaba a punto de ocurrir. Nadie comprendia como podía pasar esto a la pareja mas coloquial de la ciudad el viejo y Sombra.
El abuelo pidió a todos los que estaban en el cuarto que lo dejaran solo con Sombra para explicarle lo que estaba sucediendo y lo que iba a pasar. El abuelo le pidio a su amado nieto que se sentara en la cama y fue esto lo que sucedió... Mi querida sombra hoy tu abuelo tiene que partir a otro lugar... te prometo que seguire cuidando de ti como lo he hecho desde el día que naciste y llegaste a mi. Nunca te he abandonado y aunque tu pienses que me sigues... soy yo el que no desea dejarte. Te prometo que seré tu luz donde quiera que vallas y por favor no te olvides de mi... recuerda que te enseñe a ser un hombre de bien, a hacer buenas obras y a ayudar a los demás...
Dicen que solo se vio a La Sombra salir en realidad nadie sabe que fue lo que conversaron… yo solo narrare lo que me dijo alguien del pueblo escucho. Después de morir el abuelo; su nieto tomo una vela y siempre caminaba con ella encendida esto fue lo que me contaron:
Estimado nieto “La Sombra”:
Hoy te dire que eres tú el que haces que yo brille, el que hace que sea feliz, la luz de mis ojos y la alegría de
mi vida. Quiero que siempre recuerdes
nuestras caminadas al árbol del monte cerca del río y allí pienses en todo lo
que te enseñe.
Deseo que seas como la vela… un fósforo provoco esa
chispa que logro encenderla y de ese modo apareció la luz… la magia de
la vela; es que lleva la luz y de ese modo se genera sombra. Recuerda que una vela no pierde luz cada vez
que comparte su fuego; simplemente crece, cada vez que
oscurece la llama hace que aparezca la sombra… sin vela no hay
transportación de fuego, sin fuego no hay luz y sin luz no hay sombra. Comparte tu luz y eso te hara grande… HOY
PASO MI FUEGO A TI; MI QUERIDA SOMBRA.
Gente no tengo más que decir… solo que a veces pensamos
que somos sombra y nos convertimos en la luz de otras personas. No dejemos de alumbrar a los que nos siguen y
recordemos que si compartimos la llama; creceremos. El fuego no se gasta... simplemente se extingue. Eso sucede con la magia de la vela.
Como siempre digo el que tenga oídos que oiga y nos vemos
mañana DESDE MI PESEBRE.
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