Rincón donde dialogamos temas actuales de una forma diferente. Si deseas saber la razón por la cual se llama DESDE MI PESEBRE te invito a leer el primer blog. Recuerda leer, analizar y compartir para que otros conozcan nuestro lugar cibernetico.
lunes, 20 de abril de 2020
Cerrado por reparaciones
Hoy nuevamente te escribo Desde Mi Pesebre el lugar donde compartimos temas de una forma diferente para personas que entienden el mensaje. Aprovecho hoy para escribir y compartir contigo lo que nos esta pasando como raza humana y habitantes del planeta tierra. Hace mucho los humanos estamos diciendo que tenemos que proteger al planeta porque hemos abusado por mucho tiempo y hoy el mundo nos dice: Cerrado por reparaciones.
Por varios meses escuchábamos la noticia de que un virus estaba afectando el otro lado del mundo; pero en nuestro pensar jamas iba a afectarnos. Entonces como una onda o una ola se fue esparciendo la enfermedad y llego hasta nuestro país. Algo invisible para el ojo humano, imperceptible para nuestro oido e inexplicable para nuestra inteligencia nos gritó: Cerrado por reparaciones.
Decimos que debemos escuchar el planeta y la forma viable que conocemos es el distanciamiento social. Alejarnos de otras personas para que de este modo tratar de que el virus no encuentre donde alojarse y así cómo llego desaparezca. Sin embargo no miramos que el planeta nos hablo directamente a la raza humana. La enfermedad no afecta a los animales, a las plantas y otros seres que comparten el planeta con nosotros es por esta razón que pienso que el mensaje es claro: Cerrado por reparaciones.
Hoy decimos que escuchamos al planeta y que aceptamos su condición; sin embargo ya estamos haciendo protestas y diciendo nuevamente que es hora de salir a trabajar. No queremos obedecer el tiempo que necesita para su sanción y estamos protestando diciendo que es hora de volver a la normalidad. Para todos es difícil comprender lo que esta sucediendo; pero si no esperamos el proceso va a tardar mas. Todos tenemos una situación y es un momento histórico para todos; pero te pido que entiendas que hoy el planeta esta cerrado por reparaciones.
Llama un amigo, haz una teleconferencia con tu familia, escribe una carta o simplemente eleva una oración para que todo pase; pronto. Mientras esto sucede estoy aquí para compartir, leerte y decirte que el que tenga oídos que oiga y nos vemos Desde Mi Pesebre.
domingo, 12 de abril de 2020
¿Por qué me tiras piedras?
Hoy quiero nuevamente comenzar a escribir en este blog el cual hizo que llegara a sobre 250K impresiones y muchos amigos que leían lo que compartía con ustedes. Muchos de ustedes saben que con este blog lo que intento es compartir con ustedes cuentos, historias y experiencias al estilo Desde Mi Pesebre.
Erase una vez un parque donde todos los árboles tenían su historia por ejemplo. Estaba el árbol de Maria uno que se sentía orgulloso porque todo el mundo se acercaba para tomar su sombra. Las familias se recostaban al tronco porque debajo de sus hojas todo era fresco y el aire era más puro.
Cerca había un legendario Guayacán que habia pasado muchos vientos, tormentas y habia visto como el bosque habia evolucionado. Su madera era fuerte y todos los animales lo sabían y por eso se acercaban para su protección.
El famoso Flamboyán a pesar que no era de Puerto Rico todos admiraban sus flor y pensaban que era un árbol nativo. Tanta era su dicha que habían varios arboles de sus especie y entre las flores rojas, amarillas y anaranjadas los fotógrafos hacían su agosto con las fotos del árbol.
Sin embargo el árbol de mango se quejaba porque la gente se acercaba para arrojarle piedras. Todos los dias miraba al cielo y se preguntaba ¿por qué me tiran piedras? No soy como Maria que todos se acercan a usar su sombra, tampoco soy un Guayacán donde se buscaba protección y menos era de la familia Flamboyán donde todos los fotógrafos se acercaban a tomar fotos y a seguir esparciendo la historia que eran un árbol de Puerto Rico.
Mientras Mango estaba en toda esa frustración se acerco un niño y comenzó a lanzarle piedras. Piedra tras piedra, golpe a golpe; sentía como cada rama era impactada por las piedras. En eso uno de sus frutos calló al suelo, el niño lo agarró y se lo comenzó a comer. No quiero acabar mi historia aqui; pero quiero que hoy reflexiones: "Nadie tira piedras al árbol que no da fruto"
Como siempre termino el que tenga oídos que oiga... y nos vemos en otro Desde Mi Pesebre.
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